Adrià Machín Blog de autor

TÉCNICAS CREATIVAS: Formas casi mágicas de generar ideas nuevas

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Voy a avisar por adelantado, estas son solo algunas de las muchas técnicas creativas que Edward De Bono explica en su libro “El pensamiento creativo”. No las he creado yo, y tal y como explico en la anterior entrada, todas ellas son técnicas de pensamiento lateral. Estas técnicas se deben aplicar de forma sistemática y sin miedo para generar ideas nuevas. Las ideas pueden surgir de la nada, pero también podemos forzarlas. Estas técnicas sirven para precisamente esto.

No tienen por qué funcionar a la primera. Es más, probablemente alguna no te sirva o no le encuentres una utilidad tangible. Las he escogido en función de la rapidez y sencillez. Algunas incluso pueden ser usadas en equipo, algo que siendo escritores no debería ser muy útil, pero nunca se sabe. No hay ninguna por la que tenga alguna preferencia en especial y hay que tomarlas por lo que son, herramientas de pensamiento lateral. Pueden resultarte útiles o puede que tu intuición ya sea suficiente. El caso es que, si decides usarlas, con el tiempo verás cómo mejora tu capacidad de creación de ideas. Así que sin más preámbulos, déjame explicar mis favoritas.

Los 6 sombreros para pensar

Esta puede parecer la técnica menos útil cuando hablamos de generar ideas, pero no por ello peor. Esta técnica funciona bien cuando se trabaja en equipo, ya que si los participantes aceptan las reglas de los sombreros se puede sacar mucho partido de cualquier reunión. Aplicarla en solitario también puede dar sus frutos, sin embargo, para obtener resultados óptimos vas a tener que ser objetivo con tu propia obra, y, lo sé, esto puede resultar muy difícil.

El poder de esta técnica está en el uso que asigna De Bono a los sombreros. Cada color está destinado a uno de los seis modos fundamentales del pensamiento, y lo que De Bono hace es simplemente dar lógica al pensamiento que en apariencia es caótico para que podamos aplicarlo a nuestra voluntad.

El uso más interesante que encuentro a esta técnica es la de método evaluador. Aplicando los sombreros de forma ocasional podrás saber cómo está marchando cualquier proyecto. Ahora bien, ¿cuándo se deben usar los sombreros? En mi opinión, siempre al principio de un proyecto y quizás cerca del final de este. Tampoco estaría de más usarlo cada cierto tiempo a lo largo del proyecto. Déjame ahora explicar el uso de los sombreros, su uso y porque es importante ser objetivo con tu obra.

  • Sombrero Blanco: Este sombrero está relacionado con los datos y la información. Aquí te has de plantear que información tienes, cual te falta, la información que te gustaría tener y como la vas a obtener. Nos centramos en la información. Si vas a escribir una novela de fantasía histórica ambientada en el Imperio Romano, analiza. ¿Qué sabes de esa época? ¿Cómo funcionaba la política? ¿Conoces las centurias romanas? ¿Lo que comían? ¿Qué dioses adoraban? ¿Cuáles eran sus tradiciones? ¿Y sus formas de vestir? Es probable que no seas un experto. Este sombrero permite organizarte. Decide lo que te interesa conocer y lo que no. Aplica lo mismo para los personajes.
  • Sombrero Rojo: Este sombrero está relacionado con los sentimientos, la intuición, los presentimientos y las emociones. Con este sombrero puedes decir cualquier cosa sin disculparte ni justificar la razón del comentario. No seas objetivo. De grandes tonterías pueden nacer grandes ideas. Quizás tengas la sensación de tener algo, una idea que podría funcionar. No la sueltes. Tú intuición es importante. El problema es que la intuición está basada en la experiencia que tengas, así que, si no tienes mucha, lo más probable es que cuando se te presente una idea ambigua no sepas bien si es buena o no. Cuidado, porque si bien la intuición es una buena herramienta los presentimientos pueden estar equivocados. Es por eso por lo que para descubrir si algo puede ser bueno o no deberás usar el…
  • Sombrero Negro: La cautela. Con este sombrero podrás evitar caer en errores, ya sea porque haces tonterías sin sentido o has tomado decisiones que podrían llegar a ser incluso ilegales sin darte cuenta. Con este sombrero te conviertes en juez de tu proyecto. Lo evalúas, lo miras con severidad y apuntas aquello que es flojo o todo lo que está mal y debería mejorar. Aquí identificamos las dificultades, los peligros y los errores. Debemos ser objetivos para juzgar correctamente, y aunque ser objetivo es importante… cuidado. Un uso desmedido del sombrero negro puede matar muy fácilmente la creatividad. Úsalo al final para tener el último veredicto.
  • Sombrero Amarillo: Representa el optimismo, una visión lógica y positiva de lo que se tiene hasta el momento. Buscamos perseguir los máximos beneficios siempre y cuando tengan una base lógica. Este sombrero requiere muchas veces un esfuerzo deliberado. Todas las ideas creativas requieren un mínimo de atención de este sombrero para ver todos los beneficios que la idea en cuestión puede aportar al proyecto. Básicamente debes ver los puntos positivos de una idea. ¿Cuáles son los puntos fuertes de escribir una novela de fantasía histórica en el Imperio Romano? Céntrate solo en lo positivo. Para lo negativo ya tienes el sombrero negro.
  • Sombrero Verde: Este sombrero es fácil, el sombrero verde es para el pensamiento creativo, las ideas nuevas. Con este sombrero buscamos alternativas adicionales para plantear posibilidades e hipótesis. En este sombrero entran todas las técnicas de pensamiento lateral que explicaré a continuación.
  • Sombrero Azul: Controla los procesos, prepara la agenda y pide la ayuda de otros sombreros si es necesario. Con este sombrero conseguirás una visión panorámica, resume y da conclusiones. Puede resultar el menos útil, pero en esencia, este es el sombrero para pensar sobre otros pensamientos. Organiza lo que tienes y crea una secuencia de utilización de los sombreros, establece unos tiempos y usa el resto de sombreros.

Y creo que esto es suficiente. Quizás no es la herramienta más útil para generar ideas per se, pero si la mejor para generar un análisis. Úsalos en el orden que te apetezca y gasta 4 o 5 minutos en cada uno. En media hora puedes conseguir información que ni tú mismo sabías sobre tu proyecto.

El foco

Pasemos a la siguiente técnica. El foco es una importante parte de la creatividad. Normalmente se cree que la creatividad solo se aplica a grandes problemas sin solución aparente, donde, sin duda, la única solución es una gran destreza creativa. Pero no siempre tiene porque ser así. Puede resultar obvio, pero si te concentras en alguna cosa en la que nadie se ha molestado antes en pensar, incluso un pensamiento creativo pequeño puede dar enormes resultados. Esta búsqueda de puntos de atención inusuales o que simplemente se han ignorado constituyen una poderosa técnica creativa.

El foco en sí no es un intento de generar ideas nuevas, sino más bien de la voluntad de escoger un foco potencial para hacer un esfuerzo creativo posterior. Una vez escogido un foco simple es posible tratarlo de distintas formas:

Hacer una verificación previa de 3 a 5 minutos. Un simple registro mental del foco para asegurar que no te olvides de él. Al principio, para coger el hábito, céntrate solo en esto.

Más tarde, cuando estés acostumbrado, deberías tratar de hacer un esfuerzo formal de generar una idea utilizando alguna de las técnicas de pensamiento lateral.

Sin embargo, más allá del esfuerzo de buscar focos potenciales, existen otros 2 tipos de focos, uno específico y otro de propósito. Dada la naturaleza del foco de propósito me centraré en explicar el específico, que, en mi opinión, resulta más útil en lo que refiere a el mundo de la escritura.

Así pues, si con el foco simple obtendrás una idea fijándote en las cosas que nadie se ha fijado antes, el foco específico te resultará útil cuando ya exista una faena creativa definida. Imagina que vas a escribir la fantasía histórica del Imperio Romano. Quieres ideas. Puede que tengas algunas definidas, pero sabes que vas a necesitar más. Usando este foco te centras en un área.

“Quiero ideas nuevas en el área de la novela de fantasía”.

El único propósito por el que deberías preocuparte consiste en generar ideas dentro de un determinado campo, cuando más amplio mejor, que por algo se llama foco de área general. Si introduces una idea, el foco deja de ser general. “Quiero ideas nuevas sobre la fantasía histórica entre los siglos I y II”. Sí, lo sé. La anterior afirmación puede resultar bastante amplia porque en realidad lo es, pero también acabamos de cerrar nuestra visión a tan solo dos siglos de la historia de la humanidad.
Nos estamos perdiendo la prehistoria, la era de la piratería, la Inglaterra Victoriana, el Japón feudal, la Primera Guerra Mundial… y si buscaras, por ejemplo, formas de gobierno, lo mismo. “Quiero ideas sobre formas de gobierno en novelas de fantasía” no es lo mismo que “quiero ideas nuevas sobre gobiernos feudales”. En la segunda afirmación muy probablemente ya te hayas encerrado en una novela ambientada en un mundo de la Europa medieval, y nadie quiere eso, ¿verdad?

En pocas palabras, el foco de área general te permite pensar creativamente sobre cualquier cosa, duplicando el abasto del pensamiento creativo. El foco de área general no debe incluir un objeto con el que pensar, debe ser más amplio, cuando más abierta sea la afirmación “quiero ideas nuevas para…” mejor.

Cuestionamiento

El cuestionamiento creativo es uno de los procesos fundamentales del pensamiento lateral y es totalmente contrario al cuestionamiento crítico. El objetivo del cuestionamiento crítico es avaluar si el método de actuar o hacer algo es correcto. Para que nos entendamos, el cuestionamiento crítico es un juez, el sombrero negro que nos susurra y nos mira decepcionado, esperando mucho más de nosotros la próxima vez. Te demuestra que algo es incorrecto y después lo intenta mejorar, es decir, un comportamiento perfeccionista.

En el cuestionamiento creativo, en cambio, ni se crítica ni se juzga. Utiliza la misma base sin la intención de juzgar. En general, y yo me incluyo, a las personas nos gusta mucho demostrar la imperfección con el único propósito de tener la razón, y es aquí donde las cosas cambian. El cuestionamiento creativo es una exploración de nuevas posibilidades, y estás no tienen por qué ser reemplazadas salvo que se demuestre que las nuevas ideas sean claramente superiores a las anteriores. ¿Ves por dónde voy…?

Muchas, muchísimas veces se da por hecho que las maneras actuales de ver la fantasía o la ciencia ficción son las buenas porque venimos de bases tan poderosas que han sobrevivido a lo largo de tanto tiempo que eso ya prueba de sobras su eficacia, así que, ¿quién soy yo para cambiarlas? Existe una especie de acuerdo silencioso que dice algo así como que mientras no se demuestre lo contrario, la actual manera de escribir fantasía y ciencia ficción es la mejor. Clichés parásitos que devoran nuestra creatividad sin que nos demos cuenta cada vez que pensamos en esta clase de novelas.

Permítete preguntarte algo. ¿Por qué? ¿Por qué se hace de esta forma? Este por qué es la base del cuestionamiento creativo. Las razones que esconden preguntas como esta pueden o no tener sentido, quizás cuando se implementaron lo tenían y ahora ya no. ¿Por qué los elfos y los enanos son tan recurrentes en las obras de fantasía? Porque el Señor de los Anillos marcó un antes y un después, muchas obras han sido influenciada por Tolkien. ¿Eso significa que es bueno? Responderé esto en otra ocasión cuando hable y diga lo que pienso de las razas fantásticas.

Cuestionarse el porqué de las cosas es un ejercicio excelente para buscar alternativas. Ahora bien, cuando te hayas cuestionado todo lo que necesites, tienes 3 alternativas:

  • Bloquear: Si se bloquea el actual camino o manera de actuar te verás obligado, por fuerza, en encontrar una alternativa. “Voy a poner enanos y elfos en mi mundo” No los voy a poner. Interesante. ¿Qué puedes hacer entonces? ¿Creas tus propias razas? Eso puede ser divertido. Pero también puedes decantarte por algo más radical. No van a existir razas mágicas. ¿Se han extinguido? ¿Se han marchado? ¿Los humanos están solos? Bloqueando te obligarás a encontrar soluciones, quizás muchas no te sirvan, parte del proceso es decir tonterías, pero puede que con un poco de suerte consigas sacar algo brillante.
  • Salir: Aquí se enfatiza la salida, si escapas de cierta idea dominante o de la necesidad de satisfacer determinada condición previa, estarás dispuesto sin darte cuenta a considerar otras posibilidades. Esto no es buscar una alternativa, es más bien una búsqueda consciente a una salida de los métodos ya existentes. La salida puede resultar más difícil de aplicar, pero aquí va un ejemplo: “Si no tuviéramos que hacer viajar a los protagonistas a través del hiperespacio, ¿qué métodos podríamos usar?” ¿Tal vez una tecnología muy antigua y olvidada que mantiene en frágil unión a todas las colonias humanas aún y saber que si algún día esta tecnología se estropea probablemente la humanidad esté condenada a no encontrarse jamás? Con esta idea se podría construir un mundo decadente y condenado. Los viajes casi instantáneos a través del espacio están bien para no comerte la cabeza, pero ya ves que, si centras la atención en otro punto, un foco inusual, las ideas brotan solas.
  • Abandonar: Sin embargo, ay, pueden existir casos que en realidad el cuestionamiento de la manera actual de proceder no hacía falta ser desafiado. ¿Por qué la ciencia ficción ocurre en el futuro? Porque es fácil pensar que la humanidad podría llegar a crear todas esas cosas gracias a su ingenio. El lector puede (y debe) creerse que las naves espaciales existen. Sin la suspensión de la incredulidad no podríamos disfrutar de ninguna obra de ficción. Cierto, existe ciencia ficción ambientada en nuestra época, como Los hombres de Negro o E.T lo fue en su época, pero precisamente la gracia de la ciencia ficción nos lo indica su propio nombre. Necesitas inventar cosas científicas más o menos fantasiosas para que se considere como tal. No puedes hacer ciencia ficción ambientada en la prehistoria creando un cavernícola con un IQ de 300 porque, como mucho, sería ficción, sin más. Añade que un viajero en el tiempo les enseñó a hacer fuego y entonces estaremos hablando. Tendrás ciencia ficción y una paradoja la mar de maja con la que trabajar.

A modo de consejo, pregunta siempre por qué. Intenta con todas tus fuerzas encontrar la verdadera razón detrás de cualquier cosa. Toda respuesta necesita una pregunta, en el momento en el que la respuesta deje de ser coherente busca una solución. ¿Porque un personaje actúa de tal manera? ¿Tiene sentido? ¿No? Entonces haz algo.

Continuando con el tema, existen 2 variantes del cuestionamiento, la continuidad y la liberación. La continuidad es una fuerte razón por la cual las cosas no cambian. Puede ser una continuidad de negación, donde seguimos haciendo las mismas cosas porque simplemente nos negamos en pensar una mejora o en invertir el tiempo necesario para buscar alternativas. También existe la continuidad de compromiso, donde no se efectúan cambios porque tenemos que satisfacer a alguien o a ajustarnos a ciertas exigencias. Peligrosa y aterradora, una continuidad en la que, si caemos, quizás no podamos salir de ella jamás. La continuidad de competencia es la que dicta que, si un concepto ha funcionado bien durante mucho tiempo se llega a creer que funcionará igual de bien siempre. Esto provoca que alrededor del concepto se cree una especie de “protección” que impide que se evalúe con ojo crítico.

Para ello tenemos que liberarnos. Debemos sacarnos de encima conceptos viejos que tuvieron su momento de gloria y actualmente pueden resultar innecesarios y hasta molestos. En escritura es más difícil detectarlos, ya que De Bono indica que la mayoría de las veces se debe a cambios tecnológicos (por poner un ejemplo, el fax, totalmente desfasado), pero también pueden ser cambios de valores en la sociedad, de costes o circunstancias, como bien podrían ser los históricos. Hace no tan pocos años ver parejas gays en libros era algo extraño si no inexistente, ahora ver parejas de todas las clases posibles es la norma. ¿Es eso bueno o malo? Depende del contexto y de lo quieras decir con tu obra.

La aportación del azar

Esta es la más simple de las todas las técnicas creativas, y por eso, también una de las más fáciles de utilizar. El principio básico de esta técnica se puede resumir en que si se empieza des de un punto completamente distinto (incluso ilógico al principio), aumentan las posibilidades de abrir pautas distintas. Esta es una técnica de Provocación (que explicaré a continuación) pero funciona de forma distinta.

El proceso del azar solo tiene sentido si entendemos el cerebro humano como a un sistema auto-organizador y creador de pautas, una máquina tan eficiente que es capaz de establecer conexiones aparentemente imposibles o remotas. Tu cerebro es capaz de volver a enfocarse por mucho que se le introduzca un nuevo concepto escogido al azar.

En la técnica de la provocación (que De Bono abrevia como PO y significa Provoking Operation) inventas un concepto “provocativo” y completamente ilógico con la esperanza de conseguir salir de la vía principal de pensamiento e incrementar las posibilidades de generar una nueva “vía útil”. Con la aportación del azar, en cambio, comienzas en un punto nuevo fuera de la vía de pensamiento. Este es el punto clave, ya que para asegurar su factibilidad al 100% es necesario comenzar sin ninguna idea previa o eliminando cualquiera que se haya creado en algún proceso anterior.

Existen maneras de forzar este azar, no puedes elegir las palabras que te convengan, tienes que escoger palabras de forma aleatoria sin que puedas intervenir de ninguna manera. Estas son las 3 técnicas para escoger palabras:

  1. Confeccionar una lista de 60 palabras (sustantivos preferiblemente, ya que un sustantivo puede derivar a verbos relacionados con la palabra), y cuando necesites una palabra al azar, usa un reloj para mirar los segundos o los minutos. En función del número tendrás una palabra. De Bono indica que con un reloj que marque las centésimas de segundo se podría hacer una lista de hasta 100 palabras, pero no creo que sea necesario. De hecho, para mí, esta es la menos útil de las tres y ahora verás por qué.
  2. Utilizar un diccionario. Aquí es cuando te quedas mirando el vacío y te preguntas si te estoy tomando el pelo. Sí, el Pensamiento Creativo ya tiene sus años. En un principio piensas en el número de una página y una posición (octava palabra de la segunda columna empezando por abajo) y buscas el sustantivo más cercano a lo que hayas apuntado. Como los diccionarios de papel están bastante muertos, pasemos a la siguiente.
  3. La más fácil, quizás. Coges un libro, un diario, una revista, cualquier cosa impresa con palabras. Dejas caer el dedo y empiezas a trabajar con el sustantivo más próxima al lugar de impacto.

De Bono señala que esta técnica es muy buena para producir nuevas líneas de pensamiento jamás antes concebidas, y que por tanto, puede ser útil en las siguientes situaciones:

  • Estancamiento: Sientes que te has quedado sin ideas y conceptos, no sabes cómo continuar de ninguna forma, te parece imposible generar ideas nuevas aún y haber intentado ser la más creativo que has podido.
  • Papel en blanco: Parecido al estancamiento, pero esto ocurre al principio del proyecto. Quieres escribir una historia y no sabes ni de qué. No debería ser el caso, pero ¿por qué no? Puede que no sepas ni por dónde empezar. Usa una palabra al azar para construir algunos puentes.
  • Ideas adicionales: Puede que ya tengas una idea formada pero sientas la necesidad que quizás hay una nueva vía de pensamiento completamente distinta con la que estás trabajando y aún no ha aparecido.
  • Bloqueo: Bloqueo real y total. Quizás no te proporciona la solución que necesitas, pero puede abrir nuevas líneas con las que empezar a salir de las arenas que te han tragado.

¡OJO! Al ser tan sencilla de utilizar es realmente fácil caer en la tentación de hacer alguna trampita para que las palabras al azar se ajusten mejor a tu concepto, la idea base. Personalmente creo que es de las mejores técnicas, pero para que funcionen de verdad, no hagas esto. Hacer trampas está feo.

  • No vincules la palabra al azar a una idea que ya tuvieses.
  • No modifiques la palabra. Lo que debes hacer es pensar en cosas que orbiten alrededor de la palabra, pero nunca modificarla. Si se modifica se pierde su efecto provocativo que te obliga a pensar.
  • No enumeres las características de la palabra, porque de hacerlo, es posible que acabes encontrando algo que encaje demasiado bien. El objetivo es forzar relaciones aparentemente imposibles. Es mucho mejor trabajar e intentar hacer que funciones la primera característica que te haya venido a la cabeza que buscar algo con lo que te sientas más cómodo.
  • NUNCA decidas que la palabra propuesta no sirve y que debes cambiarla por otra. Si caes en esto tarde o temprano acabará apareciendo una palabra que se ajuste a alguna idea ya existente. Solo puede ser cambiada cuando el foco y la palabra al azar tienen una relación tan estrecha que imposibilita cualquier provocación, como por ejemplo: “Novela de fantasía PO magia”.

Considero que esta es una muy buena técnica creativa, así que voy a usarla para que veas como funciona. El primer paso es crear un foco, que es básicamente la primera palabra o frase con la cual quiero trabajar o buscar ideas. Quiero ideas nuevas para un relato corto de ciencia ficción. Este foco se puede resumir. “Relato ciencia ficción”. Cuando menos específico sea, mejor. A continuación, escojo una palabra al azar. Para conseguirlo utilizo la técnica del libro. Cierro los ojos y me dejo llevar. En “La Guerra de las Salamandras”, página 178, línea 21, mi dedo ha caído encima de la palabra “personas”. Perfecto, ya tenemos la provocación. Relato ciencia ficción PO personas. Ahora toca pensar.

  • No hay personas (esto una provocación de Exageración que explicaré a continuación). ¿Como sería un relato donde no hay personas? Quizá podría haber robots o androides. Una sociedad completamente distinta. ¿Quedarían recuerdos de la humanidad? ¿Por qué no hay personas?
  • Superpoblación (otra Exageración). O quizás lo contrario. Un mundo que sufre las consecuencias de una guerra o un virus que ha dejado la humanidad reducida a unos cuantos cientos de miles de humanos. ¿Cómo sería eso?
  • Personas. Más de una persona. Esta es buena. Aquí es donde se demuestra la importancia de no cambiar la palabra. Si ha salido en plural, pues que así sea. El problema de la superpoblación ha llegado a tal punto que se ha inventado una tecnología que une dos mentes en un solo cuerpo. ¿Qué conflictos pueden nacer de este concepto? Vives y notas que hay alguien siempre a tu lado, tomando control de tus acciones. Quizás la gente pudiente puede salvarse, pero si no pagas eres sometido a la operación. ¿Podrías ser emparentado al azar? ¿De ser así, cómo sería ver a un hombre racista y machista que ve como su hijo es unido al cuerpo de una mujer negra?

Como ves, lo importante es encontrar relaciones aparentemente imposibles que puedan o no aportar soluciones con la palabra que haya salido. Tómate tu tiempo. Parece que haya sacada una idea interesante en tan solo un par de minutos cuando en realidad tuve que parar de escribir durante más de media hora hasta que se me ocurrió la tercera idea. No hay prisa. Piensa en la palabra y lo que orbita alrededor de ella.

PROVOACIÓN I MOVIMiENTO

Llegamos a la última de las técnicas. Esta es una técnica algo más compleja, pero también es buena. De hecho, la provocación se puede complementar con las palabras al azar como he hecho en el ejemplo. Pero antes, ¿qué es esto de la provocación?

La provocación es una especie de experimento mental. De Bono nos indica que en todos los sistemas de información auto-organizados, como por ejemplo la percepción, existe una necesidad absoluta de provocación. La provocación deliberada es un método para conseguir una “locura temporal”. Primero se emite un anunciado y después su efecto proporciona una justificación por haber sido formulado. Una provocación introduce inestabilidad, de tal forma que podamos buscar una estabilidad distinta a la que teníamos.

La finalidad de la provocación, al igual que otras técnicas, es conseguir desviarnos del recorrido habitual del pensamiento. Las provocaciones no se han de justificar. No se pretende demostrar nada, el objetivo es llegar a una idea útil que sea distinta de la provocación y esté separada de la misma. En este sentido las provocaciones tienen semejanza con las hipótesis, pero si bien las hipótesis están determinadas hacia cierta dirección, las provocaciones intentan desviarlas de la dirección habitual.

Se resume en dos etapas; planteamiento de la provocación y posterior uso con el objetivo de avanzar hacia una nueva idea. De forma sintetizada, este es el procedimiento:

  1. Elección del foco creativo.
  2. Planteamiento de la provocación.
  3. Utilización de la provocación.

En realidad sigue la misma estructura que las palabras al azar, cambiando la palabra provocadora por otra clase de provocación. Lo único nuevo que se introduce es el movimiento, un concepto que no forma parte de nuestro comportamiento normal del pensamiento pero que es imprescindible para ser creativo. Como De Bono nos recuerda, el cerebro es una herramienta muy compleja. Una de sus mayores virtudes es la forma en que organiza de manera automática la información que se le introduce a modo de pautas, caminos, canales.
El juicio y la percepción utilizan todas estas cosas. El juicio se encarga de identificar, combinar o reconocer la pauta apropiada para proceder con sentido dentro de lo que nosotros consideremos correcto. Esto es un comportamiento normal que la mayoría de veces se realiza automáticamente. Su segunda función es la de señalar errores o discordancias. Si al juicio se le presenta una provocación este lo rechazará de forma automática, porque así ha de funcionar.
Preocúpate si no lo hace. Con el juicio, si la idea no encaja, la rechazamos. Con el movimiento se llega a una idea y no nos interesa si es correcta, errónea o no encaja. Lo único que nos interesa es saber hacia dónde podemos desplazarnos a partir de ella, intentando avanzar hacia algo nuevo. El juicio es el sombrero negro, el movimiento es el sombrero verde.

Existen 5 técnicas sistemática para ponerse en movimiento a partir de una provocación, si bien es cierto que también se puede provocar movimiento con una “actitud general” de simplemente ponerse a avanzar hacia una nueva idea (algo que no encuentro muy útil) lo mejor es aplicar alguna de las técnicas, en especial estas 3, que son las mejores para mí:

  • Minuto a minuto: En mi opinión, la más poderosa de todas. Imagina que la provocación es real y visualiza que pasaría minuto a minuto. Te interesa saber cómo se desarrollarían las cosas una vez implementada la provocación. Después de observarla a fondo debes crear alguna idea interesante. Imagina que quieres características para un personaje o un protagonista inusual. PO, el personaje no tiene ojos. Imagina que un personaje no tiene ojos. Podemos empezar el minuto a minuto en el momento que queramos. El personaje ha nacido sin ojos, que no ciego. Su padre lo aborrece, su madre llora cada vez que lo ve. El personaje no sabe cómo es el mundo más allá de lo que escucha y le explican. Crece sin ir a la escuela, sus padres no lo aguantan. Un día, sin más, sus padres no vuelven a casa. ¿Qué le pasaría? Le gustaría llorar, pero no puede. Esto no son más que unas cuantas frases. A partir de aquí puedes desarrollar una ficha de personaje más extensa. Quizás, debido al abandono que sufrió por parte de sus padres, el odio se apoderó de él y se convierte en el villano de la historia. ¿Quién sabe?
  • Circunstancia: ¿En qué circunstancias tendría valor directo la provocación? Esta es la pregunta necesaria para hacer funcionar el PO. Observas el entorno en busca de circunstancias especiales donde la provocación tendría valor. Cualquier cosa vale para empezar. Por ejemplo: PO, las personas andan poco. En un mundo de ciencia ficción, ¿esta afirmación dónde podría funcionar? Quizás andan poco porque no lo necesitan, tienen máquinas que las llevan a todos lados. Lo más importante es soltar una frase y buscar donde podría encajar.
  • Aspectos positivos: Esta técnica contiene más sombrero amarillo que verde. Se parece a la anterior, pero aquí te dedicas a buscar los aspectos positivos o ventajas de la provocación. Buscas los valores evidentes y luego intentas avanzar hacia alguna idea. PO, en las ciudades no hay rascacielos. Aquí la palabra clave sería ciudades o rascacielos. Los rascacielos son el símbolo de la modernidad y del avance, ¿qué podría significar para los habitantes de una ciudad que no hubiera rascacielos? Más horas de sol. Más cielo para ver. ¿Se podría deber a algo? ¿Quizás antes había muchos, pero ahora hay algo en el cielo que más vale vigilar? ¿Han sido destruidos? ¿Nunca han existido?

Ahora bien, puede que tengas un problema. ¿Cómo se supone que debo crear una provocación? Escoger una palabra de forma aleatoria es fácil, ¿pero una frase entera? Tranquilidad. Existen métodos para presentar provocaciones formales. Aquí las 2 principales:

  • Método de huida: Pones en tela de juicio aquello que se da por hecho. Para hacerlo se cita de manera formal aquello que sabe todo el mundo y se invierte. Por ejemplo: Damos por hecho que en la ciencia ficción deben existir las naves espaciales y en general cualquiera puede usarlas. PO, no existen las naves espaciales, están prohibidas.
  • Método de puente: Este es un método que también utiliza maneras deliberadas de plantear provocaciones que se subdividen en 4 formas:
    • Inversión: Se observa la dirección “normal” de acción y después se “invierte”. Por ejemplo: Muchos protagonistas tienen mascotas animales. PO, las mascotas animales tienen al protagonista.
    • Exageración: Este método se vincula directamente a las medidas y dimensiones (número, frecuencia, volumen, temperatura, duración…) y se exagera de tal forma que la medida original exceda al que se considera normal. PO, una mujer tiene 100.000 hijos. Cuando la exageración se realiza de forma descendiente el número no debe llegar nunca a cero porque si lo hiciera estaríamos hablando de método de huida.
    • Distorsión: En toda acción existe una secuencia temporal de acciones que son consideradas normales. Modifica la secuencia. Distorsiona la situación y crearás una provocación. PO, primero te emborrachas y luego bebes. Si hubiera solo 2 partes, la distorsión y la inversión darían el mismo resultado.
    • Anhelos: Expresas un deseo (puede que incluso personal, ¿por qué no?) que solo la fantasía podría solucionar. Para hacerlo solo tienes que preguntarte: “¿No estaría bien qué…?” ¿No estaría bien poder viajar a cualquier lugar con tan solo cerrar los ojos? PO, las personas pueden viajar a cualquier lugar cerrando los ojos.

Y con esto está todo. No me voy a explayar mucho más. Creo que con los ejemplos y las explicaciones resumidas del Pensamiento Creativo podrás manejar de una forma, si no distinta, al menos nueva, la organización de tus proyectos (los 6 sombreros para pensar), buscar puntos de interés nuevos (foco), preguntarte el porqué de todas las cosas (cuestionamiento), el poder del azar y como generar provocaciones con las que estimular tu imaginación.

Con esto pongo punto final a los dos capítulos de generación de ideas. En las próximas entradas empezaré a comentar algunos aspectos del worldbuilding y la creación de personajes.

¡Nos vemos!

Sobre el autor

Adrià Machín

Soy un escritor en ciernes con ganas de compartir mis experiencias. Me gusta escribir fantasía y ciencia ficción.

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